Elmo Renista

El alcalde Ismael Burgueño Ruiz ha consolidado su gestión en Tijuana con dos ejes que reflejan una visión integral del bienestar: la salud y la seguridad. La presentación del programa Tijuana Saludable ante la población marca un precedente en atención médica gratuita, con la meta de afiliar a 30 mil personas antes de que concluya 2025 y sumar 110 mil más en 2026. Consultas, medicamentos y estudios gratuitos convertirán a la salud en un derecho tangible, no en un privilegio. En paralelo, la subestrategia de Comités Vecinales en Sánchez Taboada demuestra resultados concretos: 96 detenciones y un incremento de 11.5 puntos en la confianza hacia la Policía Municipal. Burgueño no improvisa, articula prevención, participación y coordinación con fuerzas federales. Su gestión perfila una Tijuana más justa, donde la salud pública y la seguridad ciudadana se entrelazan como base de una transformación duradera.

Por segundo año consecutivo, tuvimos saldo blanco en Tijuana durante Halloween. Ya es tradición ver abarrotada la Av. Revolución de disfraces. Unos más creativos que elaborados y otros que se toman la fecha casi con religiosidad. Lo que ya no hemos visto son los gañanes que aprovechan la ocasión para hacer destrozos, poniendo en riesgo la infraestructura y la gente que solo quiere divertirse una noche. Incluso se iban contra quienes ni la deben ni la temen, como las personas saliendo de sus trabajos o los conductores de transporte público. Parece que las multas por usar máscara sí han resultado, pues los bromistas y pasaditos le han bajado a sus “travesuras”. Bien por las autoridades municipales y su buena coordinación con elementos de seguridad de los tres niveles. Los operativos estuvieron fuertes en la ciudad tanto viernes como sábado. Hasta el Ejército procuró que fuera una “noche de paz”, sin tener que ser navidad.

Con motivo de estas fechas, apareció una estadística sobre los partidos políticos “desvividos” en las entidades de la República y resulta que aquí en BC es donde más altares podríamos poner. De por sí, en el país ya quedan muy pocas fuerzas políticas, derivado de los añejos sistemas a los que las cúpulas en el poder se niegan a prescindir. Son seis los partidos que aún tienen registro nacional y en nuestro Estado tenemos uno más. No obstante, el poder está condensando únicamente en Morena en lo estatal, municipal y prácticamente también en congreso, donde por elección se colaron un par de aliados al movimiento. Pero si pusiéramos un altar en memoria de los partidos caídos que han perdido el poder en la entidad (si es que alguna vez lo tuvieron) nos quedaría muy colorido. Imagínate, el PAN de muerto vendría en nueva presentación, adornos con banderas tricolor, ya en mal estado por el desuso y por qué no, uno tenis de color “fosfo fosfo” para que no se pierda el difunto cuando cruce de vuelta a su mundo. Y si le ponemos un altar a todos los partidos que se nos adelantaron en el cambio, necesitaríamos un museo completo. Qué curioso es el tablero político en nuestro país.

El asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, tuvo una respuesta inmediata del Estado mexicano. Claudia Sheinbaum reaccionó con contundencia y sensibilidad, condenando el crimen y dejando claro que no habrá impunidad. Convocó al Gabinete de Seguridad la mañana del domingo para iniciar la investigación y recordó que Manzo contaba con protección federal, reforzando los principios de una estrategia activa y coordinada de seguridad. Por su parte, Omar García Harfuch combinó firmeza y diplomacia. Agradeció la oferta de cooperación de Estados Unidos y aseguró que “toda colaboración es bienvenida”, pero sin ceder soberanía, subrayando que las investigaciones se realizarán desde las instituciones mexicanas. Tanto la presidenta como el secretario reflejan que el gobierno mexicano mantiene el control en materia de seguridad y justicia.