Presidentes, reyes y fieles se reúnen en Roma para despedir al Papa Francisco
Más de 160 delegaciones oficiales, incluyendo a 50 jefes de Estado, se hicieron presentes en la Plaza de San Pedro para la misa fúnebre, que reunió a figuras políticas importantes
Por Redacción | Publicado el sábado, 26 de abril de 2025
MUNDO
Roma se convirtió este sábado en el epicentro de una despedida histórica: presidentes, reyes, primeros ministros y figuras de peso internacional se reunieron para rendir homenaje al Papa Francisco, el líder espiritual que durante más de una década abogó por una Iglesia cercana a los pobres y alejada de los lujos.
Más de 160 delegaciones oficiales, incluyendo a 50 jefes de Estado, se hicieron presentes en la Plaza de San Pedro para la misa fúnebre, que reunió a figuras como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump; el expresidente Joe Biden; el mandatario ucraniano Volodímir Zelenski; el primer ministro británico Keir Starmer; el presidente francés Emmanuel Macron; y el rey Felipe VI de España, entre otros miembros de la realeza europea.
La despedida fue una muestra del peso internacional que Francisco logró consolidar a lo largo de su pontificado. Incluso su natal Argentina estuvo representada con fuerza, con la presencia del presidente Javier Milei, quien a pesar de las diferencias públicas que mantuvo con el pontífice, ocupó un lugar destacado en la ceremonia.
Desde tempranas horas, decenas de miles de personas se apostaron en las calles romanas para acompañar el paso del ataúd de madera simple —como Francisco había pedido— que recorrió la ciudad en un papamóvil descubierto, seguido de una emotiva procesión hasta la Basílica de Santa María la Mayor, donde descansarán sus restos.
El cardenal Giovanni Battista Re, quien ofició la ceremonia, destacó el compromiso de Francisco con los más desprotegidos, pero fue imposible ignorar que su legado había llegado mucho más allá de los márgenes sociales: había conquistado la atención, el respeto y la presencia de los grandes líderes de su tiempo.
La ceremonia, transmitida en vivo a todo el mundo, cerró con una imagen poderosa: la fachada blanca de la Basílica de San Pedro bañada en luz rosada mientras el mundo entero —poderosos y humildes por igual— se despedía del papa que cambió la historia contemporánea de la Iglesia Católica.
México también estuvo representado: Rosa Icela Rodríguez, en nombre de la presidenta Claudia Sheinbaum, acudió al Vaticano, subrayando la dimensión global de este adiós.