El Salvador duplicará su megacárcel para recibir más presos, incluyendo extranjeros
Bukele compartió sus planes de expansión con Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU., durante una visita que ella hizo a la cárcel el mes pasado
Por Redacción | Publicado el miércoles, 16 de abril de 2025
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El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, tiene planes para agrandar aún más la gigantesca cárcel conocida como el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), donde ya hay más de 15,000 personas detenidas. La noticia fue revelada por el periódico The Wall Street Journal, que también informó que entre los presos hay más de 200 inmigrantes deportados desde Estados Unidos.
Según el medio, Bukele compartió sus planes de expansión con Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU., durante una visita que ella hizo a la cárcel el mes pasado.
El Cecot fue inaugurado en 2023 y es considerado la cárcel más grande de América Latina. Desde su apertura ha recibido fuertes críticas de organizaciones de derechos humanos por el trato a los presos, quienes permanecen incomunicados y bajo vigilancia extrema.
La cárcel volvió a estar en el centro de la atención en marzo, cuando recibió a más de 200 inmigrantes, en su mayoría venezolanos, enviados durante la administración de Donald Trump bajo acusaciones de ser “criminales extranjeros”.
Esta semana, Trump agradeció públicamente a Bukele por mantener encarcelados a esos inmigrantes y mencionó que le gustaría enviar también a ciudadanos estadounidenses que cometan delitos graves. Durante una reunión, incluso le dijo en tono informal: “Vas a tener que construir como cinco cárceles más”, en referencia a la posible llegada de más detenidos.
Uno de los casos más polémicos es el del salvadoreño Kilmar Ábrego García, quien fue enviado al Cecot por un error administrativo, sin tener cargos en su contra. Su situación llegó hasta la Corte Suprema de Estados Unidos y ha provocado protestas. El senador demócrata Chris Van Hollen viajó esta semana a El Salvador para pedir su liberación.
Mientras tanto, Bukele sigue defendiendo el modelo de su megacárcel como una forma eficaz de mantener el orden, aunque crecen las voces que cuestionan la legalidad y humanidad del trato a los detenidos.