La Delegación del Bienestar no quedará en BC: suena relevo desde CDMX
La “súper delegación” se decide desde la CDMX: Carmen Antuna se perfila para llegar a BC
TIJUAN.- La carrera por la Delegación Federal de Bienestar en Baja California podría dejar de estar en un terreno de incertidumbre. Tras la salida de su anterior titular, Jesús Alejandro Ruiz Uribe, a mediados de este mes; se espera que a partir de este 1 de octubre el relevo de la silla llegue de la mano de la Secretaría de Bienestar, Ariadna Montiel, quien designó a Carmen Antuna Cruz, una funcionaria de su círculo cercano para encabezar el área. Con ello, se cierran semanas de rumores y se despeja la duda sobre un espacio que no es menor dentro de la estructura federal.
Antuna Cruz es una funcionaria de origen perredista, exdiputada y operadora política cercana a Ariadna Montiel Reyes. Su trayectoria se ha desarrollado principalmente en los gobiernos de la Ciudad de México, donde se ha consolidado como parte de los equipos encargados de programas sociales y tareas de gestión comunitaria. Aunque no tiene raíces en Baja California, su llegada responde a la confianza política que mantiene con la titular del Bienestar, lo que la perfila como un relevo alineado directamente a la estrategia del gobierno federal.
La llamada superdelegación es mucho más que un nombramiento burocrático: concentra el manejo de los programas sociales, mantiene contacto directo con miles de familias y, en la práctica, se convierte en uno de brazos políticos más fuerte del Gobierno Federal en los estados. Por eso, su vacante abrió una disputa silenciosa que desató ambiciones locales, mensajes enviados a la propia Montiel y hasta discursos anticipados que daban por hecho un nombramiento que nunca llegó.
Con la designación, se confirma que el centro del país decidió no abrir espacio a perfiles bajacalifornianos, sino apostar por alguien con experiencia en la Ciudad de México y bajo la tutela directa de la secretaria Montiel. La decisión manda un mensaje claro: fortalecer la operación política nacional y blindar los programas sociales de cara a los procesos electorales, incluso a costa de dejar fuera a quienes en Baja California veían en ese cargo la plataforma ideal rumbo a 2027.
En la práctica, quienes aspiraban a ese “súper hueso” quedaron fuera del tablero. Algunos con cargos estatales, otros con presencia en la vida partidista local y algunos más que hicieron campaña abierta para quedarse con el puesto. Pero la instrucción fue contundente: mantener la línea trazada desde la capital y no deshacer el equipo construido en los últimos siete años. El mensaje es doble: no habrá espacio para experimentos locales y la estrategia de Bienestar seguirá siendo dirigida desde el centro.