El secretario iberoamericano, Andrés Allamand, explicó que "no hubo consenso en lo que podríamos denominar la declaración política", lo que llevó a los países a emitir un comunicado al margen de la cumbre.

Gabriela Sommerfeld, canciller anfitriona, destacó que, aunque "hubo posiciones radicales entre algunos países", la mayoría optó por unirse para "salvar la declaración". El documento incluye 25 comunicados especiales que abordan temas como el combate al crimen transnacional, la promoción del empleo juvenil, la erradicación de la desnutrición y la lucha contra el cambio climático.

La reunión estuvo marcada por la ausencia de 19 de los 22 jefes de Estado convocados, una situación que deslució el evento desde el inicio. Entre los pocos líderes presentes destacaron el rey Felipe VI de España, los presidentes Marcelo Rebelo de Sousa de Portugal, Xavier Espot Zamora de Andorra, y Daniel Noboa, anfitrión y único representante latinoamericano de alto nivel.

La falta de asistencia se atribuyó en parte a la cercanía de otras citas internacionales como las de la APEC y el G20, que terminaron por eclipsar la reunión en Cuenca, el conflicto con México ante el asalto a su embajada y el aumento de la violencia en el país.

A pesar de este contexto, los representantes defendieron la relevancia del foro como un espacio estratégico para la cooperación regional.

Uno de los temas más discutidos fue la crisis en Haití, donde la violencia de pandillas ha generado una emergencia humanitaria. Aunque Haití no forma parte del Sistema Iberoamericano, la Declaratoria de Cuenca incluye un compromiso para apoyar al país caribeño en su lucha contra la violencia. Panamá ofreció respaldo militar, mientras Brasil insistió en la necesidad de abordar la situación de manera integral, más allá de las cuestiones de seguridad.

Otro punto de tensión fue la cuestionada reelección de Nicolás Maduro en Venezuela. Varios representantes exigieron transparencia en los comicios, destacando la importancia de una solución democrática que evite el agravamiento de la crisis migratoria y de derechos humanos en la región. "Es fundamental una solución democrática y efectiva en Venezuela", afirmó el canciller panameño Javier Martínez-Acha.

El cambio climático también ocupó un lugar central en las discusiones. El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, destacó los "momentos duros" que enfrenta Iberoamérica debido a fenómenos extremos como sequías e inundaciones, mientras que Andorra y Portugal abogaron por iniciativas concretas, como la implementación de la Carta Medioambiental de Santo Domingo y la creación de un sistema iberoamericano de respuesta ante desastres.

En el cierre de la cumbre, Ecuador entregó oficialmente la presidencia "pro tempore" a España, que será sede de la próxima edición en 2026.