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Republicanos frenan plan fiscal de Trump que incluye impuesto a remesas

“Estamos gastando dinero que no tenemos, y las próximas generaciones pagarán el precio”, dijo el congresista Chip Roy, uno de los que se opusieron.

El expresidente Donald Trump enfrenta obstáculos dentro de su propio partido. Un grupo de legisladores republicanos frenó el avance de su nuevo plan fiscal, una propuesta que busca extender los recortes de impuestos y aplicar otros nuevos, como un polémico 5 % a las remesas enviadas al extranjero.

La propuesta ha generado críticas, especialmente desde México. La presidenta Claudia Sheinbaum dijo que el nuevo impuesto es injusto y discriminatorio, ya que afectaría directamente a los migrantes mexicanos que viven en Estados Unidos y envían dinero a sus familias.

Trump ha promovido este paquete de reformas como el “Gran y Hermoso Proyecto de Ley”. Entre los cambios que propone se encuentran beneficios fiscales para trabajadores que reciben propinas y horas extras, así como descuentos en préstamos para comprar autos fabricados en EE.UU. También incluye recortes en programas como Medicaid y Seguridad Social.

La idea del expresidente es que la ley sea aprobada antes del 4 de julio, Día de la Independencia de Estados Unidos. Pero esta semana, en una reunión del Comité de Presupuesto, cinco republicanos votaron en contra, argumentando que el plan aumentaría la deuda del país. Solo tres votos negativos eran suficientes para frenar la iniciativa.

“Estamos gastando dinero que no tenemos, y las próximas generaciones pagarán el precio”, dijo el congresista Chip Roy, uno de los que se opusieron.

Trump respondió con presión. En su red social Truth Social escribió que los republicanos deben apoyar el proyecto, asegurando que beneficiará a todos los estadounidenses y limitará el acceso a servicios como Medicaid para migrantes indocumentados.

Sin el respaldo del Comité de Presupuesto, el plan podría quedarse estancado. Además, dentro del mismo partido hay divisiones: los republicanos más conservadores quieren recortes más drásticos y rápidos, mientras que otros temen que los cambios afecten a sus votantes, especialmente con recortes a programas como el SNAP, que ayuda a las familias a comprar comida.

Aunque todavía no hay un cálculo exacto del costo total del plan, se estima que podría rondar los 3.9 billones de dólares, según el presidente del Comité de Medios y Arbitrios, Jason Smith.