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Maestra Irma murió por tortura en Veracruz, confirma Fiscalía

La maestra fue víctima del crimen organizado y no de un infarto, como señaló la gobernadora Rocío Nahle

ÁLAMO TEMAPACHE, VERACRUZ.- Irma Hernández Cruz, de 62 años, docente jubilada y taxista, perdió la vida tras ser víctima de tortura y violencia durante un secuestro provocado por un grupo de civiles armados, confirmó la Fiscalía General del Estado (FGE).

La privación de su libertad ocurrió el 18 de julio frente al mercado municipal y el sitio de taxis de la ruta Ejido Estero del Ídolo. Su cuerpo fue localizado el 24 de julio en un rancho alejado. Según las autoridades, la agresión, tortura y violencia sufrida durante su cautiverio alteraron su estado de salud, lo que acabó ocasionando su fallecimiento.

La gobernadora Rocío Nahle había declarado anteriormente que Hernández murió de un infarto, aunque reconoció que fue violentada. "Después de ser violentada, desgraciadamente padeció un infarto. Ésa fue la realidad, les guste o no les guste”, afirmó.

La incertidumbre sobre la causa de muerte provocó críticas y debate público.

Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum calificó el asesinato como “lamentable”, ya fuera por infarto derivado de violencia, por tortura o por agresión directa.

En cuanto al avance en la investigación, la fiscal Verónica Hernández Giadáns informó que cuatro personas se encuentran vinculadas a proceso por delitos inicialmente contra instituciones y la salud; posteriormente, se les imputó secuestro agravado, y actualmente están en prisión preventiva oficiosa. También se investiga la posible participación de más personas, así como el presunto origen de la orden del crimen desde el penal de Tuxpan, donde recientemente ocurrió un motín con nueve muertos, entre ellos cinco guatemaltecos.

Durante el cautiverio de Irma Hernández Cruz circuló en redes sociales un video en el que, rodeada de hombres armados encapuchados, pronunció un mensaje: “con la mafia veracruzana no se juega” y exhortó a sus compañeros taxistas a pagar “su cuota”, evidenciando la presión del crimen organizado sobre el gremio del transporte.