Su influencia mediática, el poder económico y el movimiento MAAC lo perfilan como presidenciable, pese a litigios fiscales millonarios
CIUDAD DE MÉXICO.- Ricardo Salinas Pliego se perfila como el empresario con mayores posibilidades de aspirar a la candidatura presidencial en 2030. Su protagonismo combina tres factores clave: el control de medios de comunicación, la fortaleza de su imperio económico y la creación del Movimiento Anticrimen y Anticorrupción (MAAC), con el cual busca articular a una oposición fragmentada.
La visibilidad pública del magnate ha crecido con este movimiento, que funciona como plataforma simbólica para convocar simpatías políticas.
Aunque el empresario ha evitado declararse abiertamente como candidato, mantiene abierta la puerta a esa posibilidad.
No obstante, su camino enfrenta importantes obstáculos legales. Salinas Pliego sostiene litigios fiscales con el Servicio de Administración Tributaria (SAT) que ascienden a decenas de miles de millones de pesos, además de un proceso internacional que lo obligó a pagar una fianza de 25 millones de dólares en Estados Unidos por un adeudo con AT&T derivado de la compra de Iusacell en 2015.
Desde Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum ha sido clara: el empresario “tiene que pagar los impuestos que debe”, lo que convierte sus conflictos fiscales en un punto vulnerable en cualquier proyecto político.
Pese a ello, analistas consideran que su capital económico y mediático, sumado a la debilidad de la oposición tradicional, lo colocan como “el empresario mejor posicionado” para competir en la arena presidencial, aunque con el reto de superar las sombras legales y reputacionales que lo rodean.