Por Redacción | Publicado el jueves, 8 de agosto de 2024
ESTUDIO
Con la llegada de Montserrat Caballero a la presidencia municipal de Tijuana, se rompió el monopolio de la oligarquía en el poder político, esto sin duda representó un logro de proporciones mayúsculas, aunque no lo quieran aceptar o les irrite a todas aquellas personas que le criticaron por su prosapia democrática, por su origen o su tez. Ella demostró interés por robustecer su perfil académico, por adquirir y desarrollar nuevas habilidades que le permitieron incrementar la capacidad de gobernabilidad y gobernanza, lo que parece que funcionó, en este trienio se ha acercado la política a la gente y se discuten como nunca temas comunes, sin embargo, más pronto que tarde se encontró con la maldad y el conservadurismo de los de siempre y; la rareza de algunos demócratas tijuanenses que, por falta de avidez, descarrilaron el que pudo ser el camino a la gubernatura.
Hoy, en el marco de la presentación de su 3er informe de gobierno, vuelve a indignar la hipocresía que fertiliza a los malvados y a los conservadores; alarmar la existencia de falsos demócratas y preocupar; la falta de enfoque de quien está a días de dejar el cargo.
En primer lugar. Con todo el dolor que hay en Tijuana, en la que a diario nos lastima la violencia contra las mujeres, el homicidio o desaparición de alguna persona. En donde todos los días algo nos recuerda que el Estado ha sido rebasado en enormes porciones del territorio nacional y no existe para buena parte de la población, indigna que, dolosamente, se difundan mentiras a sabiendas de que son mentiras; que salgan a defender la democracia a lado de quienes cometieron fraudes electorales y que se ‘’preocupen’’ por los intereses de quienes menos tienen, quienes, hasta hace poco, nos llamaron “nacos o huevones”.
En segundo lugar. Afortunadamente y gracias el empeño y empuje del presidente, Andrés Manuel López Obrador, una buena cantidad de ciudadanos, cada vez más politizados y corridos a la izquierda, son capaces de distinguir entre quienes son demócratas raros y políticos verdaderamente comprometidos con la igualdad social, la justicia social y el apoyo a los sectores más desfavorecidos. Lamentablemente, esos demócratas raros, no se dan cuenta, que sus discursos construidos bajo la lógica de la 4T colisionan con sus acciones anti4T. De otra forma no me explico su entusiasmo con la causa solo cuando la presidenta municipal enfrenta alguna coyuntura adversa, varias veces nutrida por ellos mismos.
Esa rareza, fertilizada por el punitivismo moral, les permitió desplegar una cortina de humo que escondió sus verdaderas vicisitudes. Bajo la narrativa de héroes y villanos se erigieron como supuestos faros de moralidad, trasladando a una sola mujer, la responsabilidad política sobre situaciones y temas que no entendieron y que probablemente nunca lo harán. Narrativa que por supuesto es inaceptable.
Por último. Es de mi convicción que Montserrat Caballero trabajó fuerte para ser la gobernante que la ciudad necesitaba, pero, olvidó que en política lo privado también es público; que en política nada debe tomarse de forma personal; que en política quien cree en purezas, va a caer en la irrealidad y lo más importante; que en política gana quien más suma, no quien más resta. Desafortunadamente, eso más allá de llevarla a ocuparse de los temas importantes y no distraerse, la condujo hacia la ruta del chisme, la rumorología y la nota barata, generando desconfianza en buena parte de la ciudadanía y en diferentes círculos políticos.
Lo que debió ser enfrentado como un reto, se vivió como una guerra, en la que definitivamente habrá vencedores y vencidos.
P.d. Desde esta humilde columna, presidenta, quiero expresarle mi gratitud por todo lo bueno hecho por esta ciudad, que al igual que usted, me abrió los brazos hace algunos años y me ha dado muchas oportunidades. También mi reconocimiento, porque entiendo que, por el propio diseño institucional, se le señaló injustamente por la ética y práctica de la irresponsabilidad de aquellos que sistemáticamente actuaron en contra de la norma y en contra del interés ciudadano.