Peña Nieto responde a supuestos sobornos por contratos ligados a Pegasus
El expresidente Enrique Peña Nieto negó categóricamente haber recibido sobornos por parte de empresarios israelíes
El expresidente de México, Enrique Peña Nieto, reapareció en sus redes sociales para negar categóricamente las acusaciones sobre supuestos sobornos millonarios por parte de empresarios israelíes durante su administración. La declaración llega tras la publicación de un reportaje del medio israelí The Marker, que lo vincula con presuntas “aportaciones” de 25 millones de dólares a cambio de contratos con el gobierno federal, incluyendo la adquisición del polémico software espía Pegasus.
A través de su cuenta en X (antes Twitter), Peña Nieto calificó las versiones periodísticas como “totalmente falsas” y carentes de rigor. “Es una insinuación sin sustento alguno”, expresó, al tiempo que cuestionó el interés detrás de la divulgación de dicha información: “Queda la duda, en interés de quiénes, se hace tal publicación”.
Esta es la primera reacción pública del exmandatario desde abril pasado y se da en medio de una creciente atención mediática por los vínculos entre su administración y el uso del programa de espionaje Pegasus, señalado por múltiples organizaciones internacionales como herramienta de vigilancia contra periodistas y defensores de derechos humanos.
De acuerdo con el reportaje de The Marker, dos empresarios israelíes —Avishai Neriah y Uri Ansbacher— habrían entregado al entonces presidente más de 25 millones de dólares a lo largo de su mandato (2012-2018), a cambio de acceso preferente a contratos con la Secretaría de la Defensa Nacional y otras instituciones de seguridad. En el expediente, se hace alusión a un “N electo” en 2012 y su sustitución en 2018, lo que coincide con el periodo presidencial de Peña Nieto.
Los presuntos sobornos, según la misma publicación, se habrían utilizado para “gastos políticos”, sin precisar detalles sobre su destino. No obstante, una fuente consultada por el medio insinuó que los recursos podrían haber estado relacionados con la campaña presidencial de 2012.
Desde el círculo cercano del expresidente, la acusación es vista como una maniobra con motivaciones políticas o económicas, y sin pruebas documentales que sustenten una vinculación directa. Peña Nieto, quien actualmente reside fuera del país, ha evitado entrevistas o declaraciones públicas extensas desde el término de su sexenio, por lo que su mensaje en redes marca un cierre de filas y una postura defensiva clara.
Fuentes extraoficiales cercanas al exmandatario señalaron que su equipo legal está evaluando posibles acciones ante la difusión de “informaciones dolosas” en medios internacionales que, según su visión, atentan contra su reputación sin base jurídica.
La nota reaviva el debate sobre el uso del malware Pegasus en México. Diversas investigaciones, incluida la realizada por Forbidden Stories y Amnistía Internacional, ya habían señalado que durante el sexenio de Peña Nieto se usó el programa para espiar a periodistas, opositores y activistas. Sin embargo, hasta ahora no existe una acusación penal formal contra el expresidente por estos hechos.
El caso cobra relevancia no solo por los montos involucrados, sino porque podría abrir una nueva línea de presión internacional en torno al espionaje digital y los presuntos beneficios personales obtenidos desde el poder.