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“Pagará un precio muy alto”: Trump condena ataque cerca de la Casa Blanca

El presidente Donald Trump, quien pasa el feriado de Acción de Gracias en Mar-a-Lago, se pronunció poco después del ataque

Washington, D.C.— Dos elementos de la Guardia Nacional resultaron gravemente heridos tras un tiroteo registrado la mañana de este miércoles a escasos metros de la Casa Blanca, un incidente que rápidamente generó reacciones desde la Casa Blanca y el Departamento de Seguridad Nacional.

El presidente Donald Trump, quien pasa el feriado de Acción de Gracias en Mar-a-Lago, se pronunció poco después del ataque. En su red social Truth Social, condenó los hechos con dureza: “El animal que disparó a los dos guardias nacionales, ambos gravemente heridos y ahora en hospitales separados, también está gravemente herido, pero, a pesar de todo, pagará un precio muy alto”, afirmó.
El mandatario también envió un mensaje de reconocimiento a las fuerzas de seguridad: “Que Dios bendiga a nuestra Gran Guardia Nacional y a todas nuestras Fuerzas Armadas y del Orden. Son personas verdaderamente extraordinarias”.

La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, confirmó el ataque y pidió solidaridad para las víctimas. A través de X, escribió: “Por favor, únanse a mí para orar por los dos guardias nacionales que fueron baleados hace unos momentos en Washington DC”.

De acuerdo con la Policía Metropolitana, un sospechoso fue detenido en la zona, que permanece acordonada mientras avanzan las investigaciones. Los disparos ocurrieron en la esquina de la calle 17 y la calle I, en el noroeste de la ciudad, un punto cercano a los accesos de la residencia presidencial. Testigos narraron a la cadena Fox 5 que escucharon al menos dos detonaciones, lo que provocó que las personas en el área corrieran para resguardarse.

El despliegue de la Guardia Nacional en la capital se remonta a agosto pasado, cuando Trump ordenó su presencia para reforzar la seguridad ante lo que describió como altos índices delictivos. La medida generó tensiones con la alcaldesa Muriel Bowser, quien inicialmente rechazó la intervención argumentando que los homicidios habían disminuido. Sin embargo, posteriormente el presidente aseguró que el gobierno local había optado por colaborar con las fuerzas federales.